Como vimos al principio, la Competencia Digital implica el uso seguro, crítico y responsable de las tecnologías digitales para el aprendizaje, en el trabajo y para la participación en la sociedad, y existen diferentes marcos de referencia como DigComp 2.2 (2022) que tratan de definir esta idea y todos los aspectos que deberíamos reunir como ciudadanos para ser competentes digitalmente. Puedes leer la entrada completa aquí.
Pero... ¿sabéis qué? Como docentes, no solo tenemos que saber manejar la tecnología, sino hacerla servir para enseñar. Para eso, debemos reflexionar sobre qué estoy intentando enseñar, cómo quiero y lo que quiero transmitir.
De esta manera, existen otro tipo de marcos referenciales enfocados a profesionales de la educación, como es DigCompEdu (2020). Este modelo europeo recoge aspectos relacionados con el compromiso profesional, el uso de las TIC en el proceso de enseñanza-aprendizaje y la ayuda en la adquisición de la propia competencia por parte del alumnado. Este marco permite entender las partes que son importantes en la docencia actual y nos sirve para ubicarnos en qué punto nos encontramos con el fin de mejorar e innovar en nuestra práctica educativa. Propone 22 competencias básicas estructuradas en 6 áreas.
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